domingo, 31 de julio de 2016

Música clásica vs Música popular

   Antes de comenzar en el tema principal de este escrito, me gustaría definir brevemente lo que para mí es la música clásica y la música popular: la primera engloba a toda la música occidental escrita durante antes del siglo XIX, incluyendo también a la poco conocida "música contemporánea" del siglo XX y la música vanguardista actual; mientras la segunda son todos aquellos géneros más jóvenes, más escuchados y popularizados cuyas edades ni siquiera han alcanzado los cien años: el rock, el pop, el reggae, el jazz, las baladas, la banda, la música electrónica, etc.
   Si bien algunos lectores podrían no estar de acuerdo con los términos "clásico" y "popular" para definir cada uno de estos estilos musicales, al menos creo que es de vital importancia el haber dado mi idea al respecto para poder entrar bien al tópico de este texto y evitar mal entendidos.
   Así que me gustaría comenzar con la siguiente pregunta: ¿realmente es necesario poner a competir dos tipos "distintos" de música cuya esencia inicial es prácticamente la misma? Dos músicas cuyo fin es expresar ideas, emociones, sensaciones y deseos del alma a través de los sonidos y silencios; agradar, llegar y encender al público; y ganar dinero.
   Que si bien con este último punto podrías estar o no de acuerdo, al final la música, como cualquier otro arte bien hecho, trae ganancias económicas, las busques o no. Por otro lado, independientemente cual sea pasión, no has de poder negar que se siente bien recibir un pago por hacer algo que amas, aunque la satisfacción de haber creado tu arte con dedicación y gusto, y la de haber sido bien recibido y aclamado por el público, es irreemplazable y única.
   Pero bueno, siguiendo con el tema y respondiendo a la pregunta del segundo párrafo: no, en lo personal no creo que sea relevante poner a competir a estos dos géneros, por una simple razón: tal y como expliqué hace unos momentos, presiento que ambas músicas tiene una misma esencia, presiento que son artes hermanas.
  La verdad,  no sé en qué punto la música clásica comenzó a "endiosarse", a tomarse como algo "serio", "ortodoxo", "superior": si bien fue un fenómeno bien establecido durante el siglo pasado, cuyas raíces podrían venir de la antigua Grecia, de la clasificación de la música sacra y profana hechas por la iglesia católica durante la edad media, o después de que se instauró por primera vez  la música como una carrear universitaria a finales del siglo XIX (si mal no recuerdo), la música clásica en su tiempo fue lo que hoy es la música popular.
   Una manera de entender este último punto es haciendo un recorrido histórico de la música occidental: durante la edad media era común que la gente de cualquier nivel fuera a misa exclusivamente a escuchar el canto gregoriano. Durante el renacimiento, ya con el invento de la imprenta, comenzó a publicarse obras musicales para ensambles de dos, tres o más voces, siendo común que las personas con conocimientos de solfeo las compraran para cantarlas con sus amigos, con el único objetivos de hacer música por gusto en compañía de sus seres queridos: situación que sigue pasando de manera similar cuando un compa que tiene su guitarra compra un cancionero para cantar en bola, o cuando se renta un Karaoke y se canta con la familia en las fiestas.
   Ya en el barroco, con el nacimiento de la ópera, la gente de toda clase social iba a las casas de ópera con el único objetivo de divertirse y pasar un buen rato: mientras la obra sonaba, la gente platicaba, comía, bebía, coqueteaba e incluso iban más allá del cortejo. Dentro del teatro, existía la sección de costo "barato", "medio" y "caro". ¡Pero eso sí! Cuando llegaba el cantante principal a ejecutar su aria, era tal su interpretación que llamaba la atención de todos, los atrapaba en su interpretación, creando un silencio absoluto e instantáneo, llegando incluso a provocar orgasmos en alguno de los oyentes. Quizás sin tomar en cuenta esto último: ¿lo demás no les suena a la misma situación que se vive hoy en día durante algunos conciertos que hacen los grupos de rock, pop, banda, etc.?
   En el clasicismo, la cuestión de la ópera seguía igual, pero los conciertos instrumentales comenzaron a hacerse más populares: fuera privado o público, la gente aplaudía y gritaba en las partes de la obra que les gustaba, así estuviera corriendo ésta. Recuerdo un fragmento de una carta de W. A. Mozart donde entusiasmado le cuenta a su padre cómo el público se emocionaba y ovacionaba una de sus sinfonías mientras ésta sonaba, además de que todo el concierto había sido un éxito.
   Después, durante el romanticismo, llegó el piansita y compositor F. Lizt. Definitivamente L. v. Beethoven es importante, así cómo lo es F. Schubert, F. Chopin, R. Schumann, J. Brahms, entre otros compositores románticos del siglo XIX. ¿Pero qué tiene Lizst o que logró que ellos no? Responderé esa pregunta con lo siguiente: por la manera en la que daba sus conciertos, la reacción que tenía el público, sus gestos al momento de interpretar el piano, podría considerársele como la primer rock star, de todos los tiempos, o al menos el antecesor de estos. Imagínate a un cantante famoso de esos que hacen todo un show visual y musical, gritos interminables por doquiera, chicas capaces de hacer de todo por estar con él: para la época, eso era lo que Lizst provocaba en su público, con tan solo un piano y su manera de tocarlo.
   Pues bien, como puedes ver, mucho de lo que se nombró es algo que hoy en día sigue pasando en todo tipo de conciertos menos, irónicamente, en los de música clásica.
   Y podría hablar de más cosas que prueben mi punto, pero sería extender demasiado este escrito: los compositores sabían qué les gustaba a su público y como reaccionarían ante sus obras; Beethoven además de ser el gran y magnífico compositor que fue, era un gran empresario con sus obras: sabía venderlas y sacarle buen dinero; además, durante todos los periodos nombrados seguía existiendo personas que compraba partituras instrumentales o vocales para simplemente tocarlas en su hogar, disfrutarlas, ya fuera solos o con sus amigos.
   Por otro lado, tal vez te preguntes: "¿y qué pasa con la música comercial? ¿con esa música cuyo único objetivo es el de ganar dinero de manera fácil? Eso es algo actual, ¿no?" Pues no. La música comercial es algo que siempre ha existido, así como las canciones con letras sexistas, racistas y/o denigrantes: lo que pasa es que la primera es tan insignificante que al final queda olvidada por la historia.
   Sin embargo, y a pesar de todo lo dicho, no voy a negar que la música compuesta por los compositores nombrados en este escrito es intelectualmente más compleja que mucha música popular, pero eso no la hace mejor ni superior. Además, cada uno de los géneros musicales existentes hoy en día tiene su chiste, tiene su complejidad: si no es en su armonía o estructura melódica, lo es en la creación de su color, en lograr bien su estilo vocal o instrumental, en darle el "sabor" que tiene que tener.
   Por ejemplo: un concertista de conservatorio podría tocar jazz, improvisarlo y hacerlo bastante bien, incluso excelente, pero podría gustar más la versión de un pianista jazzero que se ha dedicado toda su vida al género, ya que no solo lo toca, sino que lo vive y ha vivido, lo comprende. Por no nombrar más situaciones, simplemente diré que dentro de la misma música popular sucede esto.
   Así que, después de dar todos mis puntos, llego al momento de la conclusión: Música clásica vs música popular, ¿cuál es mejor?... Ninguna. Ambas, a su manera, son igual de excelentes. Por los puntos que dí a lo largo del escrito, ni siquiera hay necesidad de ponerlas a competir: si bien suenan diferentes, se componen e interpretan de manera distintas, en el fondo poseen una gran relación cultural y de expresión artística.
   Se podría decidir cuál música es más intelectual, cuál es más apta para el baile, cuál es la más relajante, cuál tiene más efectos químico-biológicos en el cerebro, cual tiene timbres más interesantes, incluso quizás cuál es más complicada para ejecutarse vocal o instrumentalmente. Pero, al menos para mí, ambas son igual de importantes, igual de excelentes, brillan en la actualidad a su manera y para todo el público, para la humanidad.







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